Es para mí un gusto conocer la historia detrás de mi país, como es que llegamos a donde estamos así como de esas personalidades que dieron un cambio en el rumbo de nuestra historia como país y sociedad.

Grandes personalidades como Miguel Hidalgo, Morelos, los hermanos Flores Magón, Madero, Lazaro Cardenas entre otros muchos grandes líderes que dieron forma a esta gran nación.

El día de hoy después de atender las conferencias matutinas del presidente conocí un actor en nuestra historia del que poco conocía y me sorprende de la visión que tuvo este presidente que por mucho tiempo estuvo para mí en el anonimato histórico.

Hablamos de Adolfo López Mateos y su carta dirigida al pueblo de México una vez concluida la Nacionalización de la Industria Eléctrica en 1960, durante el mes de Septiembre, uno de los meses más patrios de Latinoamérica.

Su logro así como su visión a futuro nos da un punto de referencia a las nuevas generaciones para poder entender los retos y peligros que enfrentamos frente a una política de privatización a nivel global y en la que solo hace más marcada la desigualdad y oprime a los muchos para beneficio de los pocos.

Sin más rodeos, aquí el texto:

«Pueblo de México.

Les devuelvo la energía eléctrica, que es de exclusiva propiedad de la Nación, pero no se confíen porque en años futuros algunos malos mexicanos identificados con las peores causas del país intentarán por medios sutiles entregar de nuevo el petróleo y nuestros recursos a los inversionistas extranjeros.


Ni un paso atrás, fue la consigna de Don Lázaro Cárdenas del Río, al nacionalizar nuestro petróleo. Hoy le tocó por fortuna a la energía eléctrica. Pueblo de México, los dispenso de toda obediencia a sus futuros gobernantes que pretendan entregar nuestros recursos energéticos a intereses ajenos a la Nación que conformamos.


Una cosa obvia es que México requiere de varios años de evolución tecnológica y una eficiencia administrativa para lograr nuestra independencia energética; sería necio afirmar que México no requiere de la capacitación tecnológica en materia eléctrica y petrolera. Pero para ello ningún extranjero necesita convertirse en accionista de las empresas públicas para apoyarnos. Sólo un traidor entrega su país a los extranjeros; los mexicanos podemos hacer todo mejor que cualquier otro país.


Cuando un gobernante extranjero me pregunta si hay posibilidad de entrar al negocio de los energéticos o a la electricidad, le respondo que apenas estamos independizándonos de las invasiones extranjeras que nos vaciaron el país.


Pero en tanto, los mexicanos sí queremos invertir en el petróleo americano o en su producción de energía eléctrica, por si quieren un socio extranjero. En México, la Constitución es muy clara: los recursos energéticos y los yacimientos petroleros son a perpetuidad propiedad única y exclusiva del pueblo mexicano. El resto de las especulaciones al respecto son traición a la patria.


Industrializar el país no implica una subasta pública de nuestros recursos naturales, ni la entrega indiscriminada del patrimonio de la patria»

Adolfo Lopez Mateos – 27 de Septiembre de 1960

Con el actual gobierno se ha retomado el control de la industria energética que estaba en una rápida tendencia a desaparecer en favor de la iniciativa privada extrajera, así como nacional, y el tema es que la soberanía energética es demasiado importante como para cederla a un privado.

En los temas de Software Libre de los que tanto me gusta comentar, creo que podemos fácilmente hacer el paralelismo, la libertad del software que usamos en una era que cada vez más depende de interacción digital es demasiado importante como para cederla con los ojos cerrados a industrias privadas.

En 1991 se nos entregó el sistema GNU con el kernel Linux, el primer sistema operativo de software libre completo. Y con el tiempo con medio sutiles poco a poco se ha concedido la integración de más y más software privativo en las principales distribuciones GNU/Linux a lo largo del mundo, con solo un puñado que siguen esforzándose para mantener una completa libertad del software que distribuyen, Trisquel siendo una de ellas.

De ahí que es importante conocer y apoyar la visión del proyecto GNU a través del apoyo a la FSF y organizaciones hermanas como la FSFLA, defender la libertad, soberanía y derechos humanos digitales en esta nueva era, sobre las sutiles tendencias que intentan convertir a los usuarios en dependientes/sirvientes de su voluntad o de la «mano invisible del Mercado«.

¡Hoy es momento de tomar acción y ser responsables de nuestra libertad!

Cuanto más gente resista, más gente va a ser Libre, y más gente va a ser libre para ser Libre. Por tu propio bien, y en solidaridad a todos, elige la libertad.

¡Sé Libre!